Manual Para Prevencion Sida en Cárceles by Jacobo Schifter - HTML preview

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Plan de las 24 horas

A quien llega por primera vez a las reuniones de Alcohólicos Anónimos, sencillamente le pasamos nuestra feliz experiencia de ese Plan que enmarca lo siguiente: dos días que no deben causarnos ni tormentos ni miedo; uno es AYER, con sus errores e inquietudes, con sus flaquezas y desvíos y con sus penas y tribulaciones. AYER, es un cheque cancelado, AYER se marchó para siempre. Para no volver. AYER esta siquiera todo el otro del mundo puede devolvernos el AYER, no podemos deshacer una sola de las cosas que AYER hicimos AYER se marchó para siempre. No volverá

El otro día que no debe preocuparnos es MAÑANA

"Por la calle del mañana se llega a la casa del nunca", dijo Cervantes.

MAÑANA con sus posibles adversidades, dificultades y vicisitudes, con las halagadoras promesas de bienestar o sus lúgubres augurios. MAÑANA está fuera de nuestro alcfance inmediato; no sabemos si MAÑANA estaremos vivos.

MAÑANA saldrá el sol paraaa resplandecer en un cielo nítido o para esconderse tras densas nubes, pero saldrá. Hasta que salga y si es que por la gracia de Dios estamos vivos, no podemos hoy disponer del día de MAÑANA, porque MAÑANA todavía está por nacer. Solo nos resta un día: HOY. Cualquier persona puede soportar las refriegas de un solo día y mantenerse sobria. Cuando sumamos las cargas de esas dos eternidades AYER Y MAÑANA, es cuando caemos en la brega y sucumbimos a la primera copa. No son las cosas las que nos vuelven locos, lo que nos enloquece y nos lanza a la bebida, es el remordimiento o la amargura por lo que nos aconteció AYER, o el miedo de lo que nos sucederá MAÑANA.

De manera que vamos a conformarnos con vivir un solo día: HOY y HOY, nos mantendremos abstemios dando gracias a DIOS y al grupo de ALCOHOLICOS ANONIMOS por habernos señalado el camino de la recuperación, de una feliz sobriedad y la senda de la vida, llena de serenidad y felicidad.

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RECUERDA: un trago puede ser mil... y mil son pocos. No han ningún problema por pequeño que sea, que el licor no lo agrava.