Campeón Nacional en 1997
La biblioteca Ramón Guiteras, ubicada en la ciudad de Matanzas, fue sede del 34 Campeonato Nacional Masculino, donde 14 concursantes lucharon por el trono, entre ellos los MIs Irisberto Herrera (Las Tunas) y Julio Becerra (Ciudad de La Habana), campeón y subcampeón, respectivamente, de la anterior cita .
El torneo contó con una primicia: por vez primera en eventos oficiales en Cuba se aplicó el sistema de las 7
horas a finish. El conocido tie break ajedrecístico.
Cada jugador luego de las tres horas reglamentarias de que dispone (dos para 40 movidas y una más para 20), dispone de solo media hora para finalizar el cotejo. De tal manera se agilizaron las partidas y eliminaron los días de partidas selladas.
Una corona bien merecida. Así tituló el periodista Coto Wong el trabajo aparecido en el periódico Granma, del 3 de abril de 1997. Cito textualmente:
Aunque en los últimos campeonatos de Cuba se ubicó entre los punteros no le fue posible al GM yumurino Reinaldo Vera ceñirse la corona nacional.
Después de varios años con la máxima categoría ajedrecística y de luchar por el acceso al trono, finalmente pudo cumplir el viejo anhelo de ser campeón.
(...)el matancero pudo satisfacer su propia expectativa y concretar un resultado que lo apuntala como uno de los trebejistas del patio con más solidez y potencia de juego.
“Estoy muy contento porque pude cumplir un viejo deseo que todos los años estuvo presente, y aunque en más de tres veces el desempate me dio como perdedor, nunca abandoné las esperanzas, ahora supe que podía ganar el Campeonato de Cuba, el cual era una vieja deuda con la afición matancera y con la de mi municipio de Unión de Reyes.”
Vera, quien en los últimos años formó parte del elenco olímpico, ha tenido un comienzo de año fructífero, al título de monarca cubano sumó el de los torneos ibéricos de Sevilla y Coria del Sur y un onceno entre 200 jugadores –50
GM y más de 60 MI- en la importante ciudad española de Linares.
“He jugado últimamente con un buen nivel práctico lo que significa haber desentrañado las complejidades que se presentan en cada partida y desempeñarme con soltura.”
Sin embargo, en esta 34 versión, recién finalizada en su Matanzas natal, parecía que ocurriría lo mismo de años anteriores cuando después de un accionar sólido ocupaba un sitio entre los cuatro primeros lugares.
La lucha frontal entre él y su compañero de equipo, el también GM Amador Rodríguez (Holguín), hizo pensar en una historia conocida.
Ambos llegaron a la última ronda con 9 puntos de 13
posibles (5 victorias y 8 tablas) para dejar al sistema de desempate Sonnenberg Berger la sentencia final.
Vera aventajó 57,00 por 53,50 al holguinero, quien de esa forma perdió la posibilidad de adicionar otro campeonato a los obtenidos en 1984 y 1988.
“Amador siempre es un rival muy difícil, pero yo empecé el torneo convencido de que hasta el final no paraba porque me sentí jugando un buen ajedrez y esto es fundamental; cuando te presentas así las cosas salen bien.”