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rios
nubes
de
zafir;
Por
mostrarte
la
crápula
del
vicio,
Jamas
te
acercaré
del
precipicio
Que
vértigo
derrama
en
el
vivir.
Me
inclinaré
sobre
tu
boca
pura
Y
te
daré
consejos
de
ternura
En
el
ignoto
idioma
del
amor;
Y
mis
palabras
bajarán
á
tu
alma
Cual en noches de estío, en grata calma
Se
inocula
el
rocío
entre
la
flor.
Inefables
consejos
ignorados,
Sin
traduccion,
como
ecos
tribulados
Del
aura
de
la
noche
en
el
jardin;
Nadie
entiende
sus
quejas
doloridas
Pero
al
nacer
la
aurora,
entretegidas
Se
ven
brotar
do
quier
rosas
sin
fin.
Nadie
comprenderá
ahora
mi
acento:
Mas
llegará,
hija
mia,
algun
momento
Que
se
verán
las
rosas
jerminar,
Y
alzando
ufanas
sus
cabezas
rojas
El
viento
murmurando
entre
sus
hojas
Se
bañará
en
lo
que
hizo
fecundar.
Algun
dia
serás
lozana
rosa
Cuando
mi
frente
pálida
y
rugosa
Se
incline
en
tu
perfume
á
refrescar;
Cuando
el
labio
marchito
de
dolores
Quiera
gozar
el
aura
de
las
flores
Sintiéndote,
ángel
bello,
respirar.
Dios
te
colme
de
santas
bendiciones
Apretando
los
duros
eslabones
Que
separan
del
vicio
á
la
virtud,
Y
tierna
madre,
enamorada
esposa,
Mire
brotar
pimpollos
de
mi
rosa
Para
aliviar
mi
ingrata
senectud.
El
genio
de
la
paz
y
la
armonía
Cubriendo
tu
cabeza
noche
y
dia
Te
guarde
del
aliento
del
dolor;
Y
el
ángel
puedas
ser
de
tu
familia
Que
en
las
eternas
noches
de
vigilia
Dés amparo á las prendas de tu amor.
Y
de
los
niños
fiados
á
tus
manos
Salgan
fuertes
y
buenos
ciudadanos
Formados
en
el
halda
maternal,
Donde
aprendan
á
odiar
la
tiranía
Y
á
combatir
con
ínclita
porfía
Por
los
santos
principios
de
igualdad.
¡Oh,
la
mision
de
la
mujer
es
santa!
Ella
la
flor
de
las
virtudes
planta
Del
niño
en
el
fecundo
corazon,
Y
cuando
vé
á
la
patria
que
agoniza
Desprende
de
su
seno
á
el
ancha
liza
De
patriotas
audaz
generacion.
Así
en
Mayo
nacieron
los
campeones
Que
rompieron
los
duros
eslabones
Que
nos
forjó
la
torpe
iniquidad,
Y
con
la
leche
encima
de
los
labios,
Fuertes
guerreros,
gobernantes
sabios
Contempló
con
asombro
aquella
edad.
Y hoy en la lucha santa que emprendimos
Niños
sobre
la
arena
descendimos
Para
arrimar
el
hombro
al
patrio
altar,
Y al darnos nuestra madre abrazo estrecho
Nos
pone
sollozando
sobre
el
pecho
Los
colores
de
Salta
y
Tucuman.
De
la
virtud
modesta
de
los
lares
Guarda
el
fuego
sagrado
en
tus
altares,
De
la
familia
cándida
vestal;
Que ese fuego que el casto hogar calienta
Es la luz que nos guia en la tormenta
De la vida, cual místico fanal.
II
Á UN AMIGO DE 24 HORAS
———
En
los
ardientes
climas
tropicales
Con
el
rocío
de
una
sola
noche,
La
perfumada
flor
abre
su
broche
Y al sol y al aire entrega su beldad.
Así
en
mi
corazon,
de
amor
fecundo,
Ha
brotado
en
un
dia
una
flor
pura,
Y
esa
flor
de
rarísima
hermosura
Es por tí mi simpática amistad.
III
LAS TRES MARIAS
CONSOLANDO Á UN AMIGO QUE HABIA PERDIDO TRES HIJAS, LAS
TRES CON ELNOMBRE DE MARÍA
———
Por qué llorais, esposos, la prematura muerte
De las criaturas bellas, frutos de vuestro amor, Cuando al morir cambiaron perecedera suerte
Por la que goza el ángel en torno del Señor.
Llorais porque sus rubias cabezas inclinaron
Sobre la fria almohada del lecho sepulcral,
Y cual mortales tristes al sueño se entregaron, Y
ángeles
despertaron
del
coro
celestial?
¡Oh! no sabeis sin duda que la alta Providencia Para su dicha eterna tal vez lo quiso así,
Para salvar del mundo su cándida inocencia
Que atropellar pudiera del vicio el frenesí.
Fueron tres flores bellas en un rosal brotadas
Que al ostentar ufanas su grato rosicler,
Cruzaron
por
el
cielo
nubes
encapotadas
Y el viento tempestuoso las arrancó al nacer.
Fueron tres gotas de agua lloradas por la noche En el virgíneo cáliz de la fragante flor,
Y que al brillar el dia, cuando entreabrió su broche,
Se
evaporaron
todas
al
matinal
calor.
Fueron tres mariposas de alas tornasoladas,
Que al encontrar amargas las flores del jardin, Al cielo se elevaron, buscando atribuladas
Las flores con que ciñe su frente el serafin.
Fueron tres chispas ténues de la divina hoguera Que vuestros corazones de casto amor llenó,
Chispas que remontaron á la celeste esfera,
Y que en estrellas fijas el cielo convirtió.
Por qué llorais entonces, cuando en las noches
bellas
Podeis hasta los cielos vuestra mirada alzar,
Y contemplar brillando las tres blancas estrellas En que á las tres Marías Dios quiso transformar.
Esas estrellas puras son vuestras tres Marías:
Flores de una mañana que no tuvo su ayer,
Mariposas que huyeron de las regiones frias,
Gotas de agua perdidas del cielo al descender.
Felices
esos
seres,
que
nunca
conocieron
La punzadora espina que labra el corazon,
Y
el
inocente
labio
jamas
humedecieron
En la dorada copa que mana corrupcion.
Felices
esos
seres,
que
nunca
calentaron
Las engañosas manos de la amistad infiel,
Que nunca las miserias del mundo presenciaron
Ni el dictamo sagrado vieron trocarse en hiel.
Oh, no lloreis, esposos: mejor es su destino;
Su vida es mas tranquila y exenta de dolor;
Sentadas en las gradas del trono diamantino
En torno de sí vierten mas suave resplandor.
Tú, padre, que navegas en borrascosa vida,
Eleva á Dios tus manos porque á su lado esten, Como al audaz marino que en nave combatida
Recuerda que sus hijos espuestos no se ven.
Tú, madre, que has sentido las santas alegrías
De ver brotar la vida del seno maternal,
Espera: aun no ha pasado la aurora de tus dias Y ha de brillar un dia de gozo sin igual.
En las calladas noches alzad la vista al cielo, Mirad
á
vuestras
hijas
resplandecer
allí,
Y sentireis el alma bañada de un consuelo
Que para el alma enferma nunca se encuentra aquí.
IV
EN UN ÁLBUM
———
Que á cada hoja del álbum de tu vida
Que
desdoble
la
mano
del
destino,
Al
seguir
los
inviernos
su
camino
Las
primaveras
queden
en
tu
sien;
Y así, que en cada año que transcurra
Añadas
una
flor
á
tu
guirnalda,
Y
que
cruzando
prados
de
esmeralda
Llegues hasta las puertas del Eden.
V
AL PRIMOGÉNITO DE UN AMIGO
———
Hoy
que
el
placer
corona
tu
cabeza,
Quiero
estrechar
tu
mano
con
terneza
Y
darte
el
parabien:
Porque en los dias de contento ó duda
La
mano
del
amigo
nos
ayuda
A
soportar
nuestro
placer
tambien.
Hoy
un
hijo
ha
nacido
en
tu
familia,
Como
tras
larga
noche
de
vigilia
Se
vé
brillar
el
sol;
Y
su
sonrisa
pura
cual
la
aurora
Todo
el
hogar
doméstico
colora
Tiñendo
los
semblantes
de
arrebol.
Bendigo á Dios, que desde el alto cielo
Al
ver
tu
corazon
envuelto
en
duelo,
Un
niño
hizo
nacer,
Para
que
despertando
á
la
alegría
Sacase
de
mi
lira
una
armonía
Con
sus
dedos
de
leche
y
rosicler.
Bendice á Dios tambien, triste en el mundo
Has
sido
presa
del
dolor
profundo
Que
roe
el
corazon,
Hasta que un ángel que bajó del cielo
Te
dió
en
su
labio
plácido
consuelo,
Y
te
abrigó
en
sus
alas
con
uncion.
De
su
frente
nacieron
tres
estrellas,
Como
ella
puras,
cual
su
rostro
bellas,
Que
volaron
á
Dios
En
alas
de
la
brisa
rumorosa,
Que
repitió
la
queja
dolorosa
Que
brotó
el
alma
rota
de
los
dos.
Hoy
en
vez
de
una
estrella
fugitiva
Ves
brillar
una
flor
nitida
y
viva
De
perfume
inmortal,
Que no ha de marchitar el cierzo helado
Si
del
materno
seno
enamorado
Tiendes
sobre
ella
el
cándido
cendal.
No conozco aun á tu hijo, mas soy padre,
Y al través de los ojos de su madre
Le
miré
con
amor,
Como
al
través
de
un
rayo
luminoso
Desprendido
de
un
cielo
magestuoso
Suele
verse
á
lo
lejos
una
flor.
Mas
conociendo
tu
alma
generosa
Y
el
corazon
sencillo
de
tu
esposa,
Tu
hijo
conozco
ya,
Porque
la
flor
lozana
y
perfumada
Por
la
mano
divina
destilada
Siempre
una
esencia
embriagadora
dá.
Conociendo
la
flor,
siento
su
esencia,
Que apesar, caro amigo, de la ausencia,
La
brisa
trae
á
mí,
La
brisa
del
recuerdo
y
del
cariño
Enviada
por
el
hálito
de
un
niño,
Que hoy me refresca y que te baña á tí.
Que nunca á tu vivir falte ese aliento,
Que siempre de tu esposa el blando acento
Mitigue
tu
dolor;
Que
nunca
falten
flores
á
tu
almohada,
Ni
miel
en
tu
colmena
perfumada,
Ni en el hogar el hijo de tu amor.
VI
¿POR QUÉ LLORAR?
(EN UN ALBUM FÚNEBRE, RECORDANDO Á UNA MADRE SU HIJO
MUERTO EN EDADTEMPRANA)
———
Por
qué
sobre
el
torrente
de
la
vida,
Como
una
flor
del
árbol
suspendida
Te
inclinas
á
llorar?
Madre
y
esposa,
veo
en
tus
miradas,
Que
buscas
en
sus
olas
agitadas
Al hijo que en