Para que la persona pueda integrar la experiencia traumática a su vida es necesario que realice su proceso de duelo. Siempre que nos despojan de algo, sentimos un sentimiento de pesar. Cuando hemos sido abusados por nuestra orientación sexual, existe mucho por qué penar. Hemos perdido relaciones significativas, apoyo emocional, confianza en nosotros mismos, una infancia feliz, control de nuestro cuerpo y mente, y muchas otras cosas importantes para nuestro desarrollo.
Cada persona hace su duelo de manera distinta. Sin embargo, el proceso generalmente se caracteriza por un patrón de 5 etapas: negación, regateo, cólera, tristeza, aceptación y perdón. Los individuos no siguen al pie de la letra las etapas y suelen alternar una con la otra. La recuperación es más un proceso que un evento.
Estas estrategias del duelo reflejan alternativas para lidiar con el problema del abuso. Cuando se niega que existió es porque la persona siente que no tiene cómo enfrentarse con el evento. Prefiere negar que algo malo sucedió con el fin de evitarse el dolor de trabajarlo.De ahí que surjan salidas como: Recuerdo lo que pasó pero eso no fue en realidad un abuso En realidad yo merecía lo que sucedió por ser tan fogoso sexualmente Ellos no tuvieron la culpa porque no entendían lo que es la homosexualidad Ellos tuvieron una infancia muy difícil y no pueden ser culpados por no haberme ayudado
Eran muy religiosos y por eso no podían hablar del asunto Aunque eso pudo haberme dolido, ya lo he superado
¿Para qué hablar de cosas tan dolorosas?
Cuando ya el abuso se ha hecho demasiado obvio, la persona puede tratar de no trabajarlo. Una de las razones es porque teme sentir el dolor intenso del trauma. Para no hacerlo se buscan salidas de "regateo" como No se puede considerar la conciencia de la homosexualidad como un trauma
No creo que me afecte ahora
Yo ya perdoné todo esto desde que ... encontré a Cristo... me hice ateo.. me preocupo por otras cosas...(Esto se conoce como seudoperdonar, o sea hacer un perdón intelectual para no tener que sentir las emociones del trauma)
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Ya lo dije en público, ya lo superé (es otra forma de evitar realizar el proceso y brincarse etapas)
Lo mío fue cualquier cosa en comparación con lo que he oído aquí (esto se conoce como minimizar el abuso) o lo mío fue terrible en comparación con lo que he oído aquí (esto se conoce como grandiosidad de víctima) En ambos casos, se excusa la persona de no poder realizar el proceso con los demás.
Una vez que las defensas han mermado, la persona empieza a sentir la cólera. El enojo viene de la conciencia que le han quitado algo importante.
Significa el primer paso hacia la integración del abuso. Muchas veces la cólera se desplazará hacia personas o eventos que no tienen que ver directamente con el asunto. Es importante que la cólera salga y que se dirija hacia dónde pertenece. En esta etapa, la persona debe tener oportunidades de expresión de cólera (silla caliente, psicodrama, pintura, baile, confrontaciones) y también de relajamiento (meditaciones, ejercicios, boxeo, jogging).
Después de la cólera, la persona suele caer en una gran depresión o tristeza. Significa que ya ha aceptado que perdió algo muy importante que nunca podrá recuperar. Es la parte más emocional del duelo, con lágrimas y llantos. Es importante aquí tomar conciencia de las cosas que se han perdido:
¿Qué cosas significativas has perdido por tu conciencia de la homosexualidad?
¿Cuáles fueron los daños que te hicieron por ello?. Ennúmeralos
¿Cómo afectó negativamente tus relaciones familiares?
¿Qué hizo de tu infancia y adolescencia?
¿Qué cosas perdistes en la escuela y el colegio?
Finalmente, cuando el proceso se ha realizado con cierto éxito, surge la etapa del perdón. Aquí el perdón más importante es con uno mismo. La persona se ha dado cuenta de que ha perdido algo muy importante y que no fue su culpa haberlo hecho. Una vez realizado ésto, sentirá más control de su vida y más recursos para no continuar como víctima. Luego, perdonará a quienes abusaron de su orientación, ya sea los padres, maestros, familiares, amigos y consejeros. Perdonarlos no significa validar lo que hicieron: es no dejar que el dolor del pasado continúe en el futuro.
Cuatro beneficios nos da el perdón:
1- libertad del control sutil del pasado y de otros en la vida 2-menos posibilidades de que la cólera sea dirigida hacia quien no tiene que ver en el asunto
3-mejora de la autoestima
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4- sirve para reconciliarse con las personas que participaron en el abuso, si así se desea.
En el taller, se trabajará el proceso por medio de ejercicios que ayuden a reconocer el abuso (dejar de negarlo), sentirlo (no permitir salidas para aligerar el proceso o no hacerlo) y trabajarlo (sentirlo, sacarlo, reconocerlo).
Cada sesión toca un aspecto del trauma y ofrece alternativas para resolver los conflictos. Además, ofrece técnicas de relajación y apoyo de grupo y del facilitador para romper con el aislamiento de los participantes. Las personas que necesiten apoyo terapeútico, lo tendrán a su disposición.