En vista de lo espuesto, las aplicaciones clínicas del arsénico ofrecen pocas dificultades, y todos los casos de curacion obtenidos poreste medio en todas las escuelas proclaman altamente el carácter de suaccion. Es sensible que los profesores modernos no hayan tenido todos elbuen juicio de servirse de este medicamento en enfermedades mortales conharta frecuencia, como el cólera por ejemplo. Una multitud de trabajosmodernos prueban hasta la evidencia la eficacia de este medicamento enesta terrible enfermedad, y abrigamos la creencia, como otros variosautores, que las dósis un poco mayores que las usadas por médicosmeticulosos han producido buen efecto.
El envenenamiento por el arsénico ofrece el cuadro mas acabado delcólera en su período ciánico. Esta enfermedad y las flegmasíassobreagudas con dolores quemantes, éstasis venosa, cianosis, manchas,petequias, tumefacciones lustrosas y lívidas, y síntomas generalesgraves, del mismo modo que la gangrena, que es el resultado con edemaelástico, distension por gases, putrefaccion incipiente, angustia, caratérrea, descompuesta, así como tambien las úlceras quemantes, fétidas,costrosas, saniosas, inflamadas, de bordes elevados, dolorosos en elreposo y por el frio, como si la calma acelerase la descomposicion y queel estímulo del movimiento y del calor la detuviese, son propias del arsénico. 189
Siendo el arsénico el medicamento esencial de todos los desórdenesgraves de la economía en que la vitalidad está profundamente atacada ylos líquidos dispuestos á una funesta alteracion, es necesario noolvidarle en el tifus y gangrenas de hospital, en la fiebre amarilla yla peste, al menos en ciertos períodos de su evolucion.
Despues de lo que acabamos de indicar, creemos conveniente consignar eldato práctico importante, de que no se confundan los síntomas de lasfiebres nerviosas graves con ciertos síntomas de la inflamacion de lapíamadre y de la sustancia gris del cerebro, tales como deliriocontinuo, movimientos desordenados, trismus, rechinamiento de losdientes y varias parálisis que se presentan en el último período de lasenfermedades febriles y flegmásicas. Estos síntomas constituyen unameningitis que, aunque sintomática, exige medios directos que no siempreson los de la fiebre en cuya finalizacion se les observa, como suelesuceder en la fiebre tifoídea, en la exantemática, en la neumoníareumática, etc. El arsénico, sin embargo, puede estar indicado en eltratamiento de estas especies de meningitis.
B. Fiebres intermitentes. —La importancia de este medicamento en eltratamiento de las fiebres intermitentes es bien conocida. Senecesitaria un volúmen para discutir los trabajos que se han publicadodesde medio siglo, por lo menos, hasta los de Mr.
Boudin[29]. Nuestroplan, como se ve por el carácter de esta obra, no es el de citar,discutir y clasificar las memorias y observaciones terapéuticas, porquecon este método, si 190 bien se ilustra al lector sobre los casos en que seha administrado un medicamento dado, y se le puede instruir con lahistoria del mismo, nada se le enseña respecto de los casos en que nodeba usarse; porque estos trabajos carecen de indicaciones precisas, ycomo estas forman, por el contrario, nuestro principal objeto, bastanalgunas páginas que resuman los estudios fisiológicos y terapéuticospara llenar lo primero, y alguna reflexion de los lectores paracomprender con certeza lo que de esto pueden prometerse en el estadoactual de la ciencia.
El arsénico, por su estado prodrómico, corresponde á ciertas fiebresde accesos, cuyos prodromos esten caracterizados por un abatimientoestremado con ansiedad y sed, sin que se puedan referir estos fenómenosde una concentracion que parece debia hacerles graves, ni á la diarrea,ni á los vómitos, ni al estado gástrico, ni á la cefalalgia que acompañaordinariamente á este estado general. Corresponde á los estadios de frioy calor violento y escesivo, como hemos consignado ya en las páginasprecedentes, y con los mismos caractéres generales que les hemos dado, ysobre los que no juzgamos á propósito insistir más.
En las fiebres que se presentan por accesos, es necesario distinguir elfondo de la forma. Esta es la espresion sintomática que varía segun losindivíduos, en las diferentes estaciones, y segun la causa queconstituye la naturaleza de la fiebre y su carácter fundamental. Lacausa, para el arsénico, es el miasma palúdico, el cual,independientemente de la forma de reaccion, produce síntomas que son sufondo, y que consisten en una ansiedad con sed, abatimiento grande queconduce al desfallecimiento con angustia precordial, y 191 en gastricismoque termina con vómitos, con diarrea, ó en una simple irritacion deestómago.
Tres medicamentos corresponden á los caractéres fundamentales de lasafecciones palúdicas: la ipecacuana, la quina y el arsénico. Todostres podrán ser menos aptos en cuanto á la forma de los accesos y de lareaccion que cualquiera otro medicamento, pero ninguna fiebreverdaderamente palúdica se curará sin uno de los tres, porque todosabrazan sus caractéres fundamentales, y porque los tres tienen lasmismas tendencias que el miasma palúdico. Estas tendencias caquécticas,deprimentes de la actividad vital y plástica, las espondrémos en elcapítulo de la quina. Por ahora nos limitamos á indicar la ipecacuana por sus relaciones con el primero y mas débil grado de estadepresion y de esta caquexia, y al arsénico por sus relaciones con elgrado mas violento y la espresion mas elevada de la deplastizacion y dela desorganizacion, lo que le hace mas á propósito en general y masfrecuentemente indicado que la ipecacuana y la misma quina, en lasfiebres intermitentes crónicas tenaces y mal tratadas. Pero los trestienen el mismo punto de partida en la afeccion del trisplánico con unaespresion sintomática poco diferente, ya en la concentracion, ya en lareaccion que se manifiesta por una turgencia sanguínea, cuyodesenvolvimiento sigue las proporciones de la concentracion y marcha poraccesos mas variados que para la mayor parte de otros medicamentos.
En arsénico, el estado general espresa mas eretismo; pero á estatension de la fibra y á este orgasmo sucede una astenia mayor y unadiminucion de la cohesion de los sólidos y líquidos. Del mismo modo,despues de los espasmos, los desfallecimientos y la escitacionsanguínea 192 erética, sobrevienen á cada acceso sudores mas fuertes, masprolongados y mas debilitantes. En todas estas circunstancias, en fin,se observa sed, alivio por la aplicacion del calor, aumento del frio aldescubrirse, agravacion al beber, y se confirma que el estadio del calordisipa los dolores, y que el sudor disminuye la angustia.
C. Fiebres eruptivas. —En la mayoría de los casos, el arsénico es elmedicamento mas apto para conjurar el peligro en las fiebresexantemáticas que tienden á la malignidad y á la metástasis conabatimiento de las fuerzas vitales. Aun está mas indicado en un estadomas avanzado, cuando hay putridez, desaparicion del exantema regular, ypresentacion de petequias y ataxia. La belladona calma las fiebreseruptivas con violenta turgencia, congestion en la cabeza, delirio,calor quemante en la piel, sequedad de la boca, y sed ardiente; pero sino aliviase y el delirio se hiciese subagudo, arsénico será eficaz.
En las fiebres eruptivas malignas, importa tener presente la asfixiacutánea de que se ha hablado[30] á propósito de la viruela confluente.La piel cubierta de la erupcion, es impermeable al aire, y no da paso ála materia de la transpiracion, resultando de esto graves desórdenes, ladisolucion de la sangre y la muerte. Se concibe bien que en este estadosea refractaria la enfermedad á todo medicamento, y que la aireacion de la piel sea preferible al mismo arsénico.
D. Flegmasías. Neurosis. —Un gran patólogo aleman recomienda el arsénico con el carbon vegetal, en la angina diftérica maligna,gangrenosa, ya por los síntomas 193
tifoídeos generales, ya por el estadode la garganta y aun de la exudacion plástica. Esta exigiria mas bien el bromo, el sulfuro de cal y el mercurio; pero proponiéndonos eneste momento investigar los agentes que modifican el estado de la sangrede una manera especial, debemos preferir el arsénico á losmedicamentos mas relacionados con las exudaciones plásticas.
El arsénico conviene mas en los focos purulentos, en las exudacionesserosas, en las afecciones de las glándulas y en las de los tejidosatacados en profundidad y dispuestos á la gangrena ó afectados ya deella. Está sin embargo especialmente indicado en la inflamacionerisipelatosa del escroto, particularmente la de los desollinadores, ácausa sin duda de su electividad sobre los capilares. Por esta razon eseficaz en la piogenia, y en los derrames serosos con inflamacioncrónica, alternado en este caso con el azufre.
Hemos dicho ya, que es del recurso de arsénico toda inflamacion grave,cuando ha llegado al punto en que la estancacion de los líquidosacumulados y la distension escesiva alteran los tejidos y tienden ágangrenarlos; como por ejemplo, la enorme dilatacion que sufre laconjuntiva palpebral en la oftalmía erisipelatosa. En general, laoftalmía que corresponde á los efectos de arsénico, se presenta contumefaccion, sensacion de quemazon, ulceracion; y de esta manera sepresenta tambien la oftalmía escrofulosa en los niños; otrosmedicamentos deben preferirse cuando los síntomas son menos intensos,tales como mercurio, azufre y carbonato de cal.
Puede jugar aun el arsénico en oftalmías sobreagudas dependientes deuna causa reumática, de un exantema, de la menstruacion. La mayor partede los fenómenos 194
graves que se manifiestan en los puntos en que sedistribuye el nervio neumo-gástrico durante una enfermedad aguda, sonpropios de arsénico, y lo son tanto más, cuanto que estas afeccionestienen mucha gravedad, como las carditis y las neuroses de los órganosrespiratorios.
La carditis aguda con todos los desórdenes orgánicos del corazón y losterribles accesos de sofocacion y ansiedad que produce, puede ceder con arsénico que parece fortifica la accion propia del corazon contra elaflujo é impulsion de la sangre, y que regulariza la contraccion de susfibras. Despues de acónito, segun las indicaciones, es arsénico elque mejor corresponde á la inflamacion aguda ó á las neuroses intensasdel corazon.
Entre las neuroses de los órganos respiratorios, indicamos primero laopresion. Se ha recurrido á arsénico cuando el enfermo parece débilpara respirar profundamente, y que los esfuerzos de los músculos queconcurren á la respiracion son insuficientes.
Mas si los esfuerzos paraefectuar esta funcion, tienden á cesar por parálisis, no solo de losmúsculos, sino tambien del pulmon, tártaro estibiado es el medicamentomas racional á que debe dirigirse el práctico. Pero sea de esto lo quequiera, el arsénico es un escelente medio que puede emplearse en losaccesos de sofocacion, tanto asmáticos como gastrálgicos, puesto queataca directamente los orígenes de la inervacion ganglionar. Así pues,el catarro sofocante le reclama en primera línea, especialmente si la ipecacuana ha sido ineficaz. El asma de Millar ó la angina de pecho esmas propia de arsénico, despues de acónito algunas veces. El arsénico cura con preferencia el asma en general, cuyos accesosreaparecen 195 por la mañana antes de amanecer. En esta circunstancia obraperfectamente y de un modo análogo á la nuez vómica ó alternándole conesta por dias.
La eficacia del arsénico debe muchas veces unirse á la del zumaquevenenoso, tártaro estibiado, etc...., en la neumonía de los viejos,en las complicadas con fiebres graves y en las flegmasías visceralesadinámicas y pútridas; en estos casos se le administra antes ó despuesdel mercurio, el carbon vegetal, el ácido fosfórico.....
Una de las afecciones graves con la que los síntomas del arsénico tienen mas analogía, es la gastritis sobreaguda, pues es sabido que laansiedad y la sensacion de ardor quemante son síntomas característicosde su accion. En algunos casos puede el fósforo ser su auxiliar, asícomo el acónito que se administra antes.
La disentería pútrida reclama el uso de arsénico, lo mismo que lahematémesis, la melena y las hemorragias pasivas ó pútridas con calorquemante general ó local y ansiedad estremada. Estas afeccionesrequieren tambien á veces los ácidos fosfórico y clorhídrico, el carbon vegetal, ó la nuez vómica.
§ VII.—Estado subagudo.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.
El arsénico tiene pocos ó ningun síntoma pura ó simplementeinflamatorios, porque su accion sobre el corazon y el sistema vasculares especial y subordinada á una alteracion profunda de la vida quetiende al aniquilamiento de la inervacion. Sus inflamaciones afectanformas atáxicas, gangrenosas, malignas. En cuanto á los síntomas propiosá un estado subagudo, no están aislados de estas formas graves ni de laadinamia. Las 196 afecciones subagudas de arsénico presentan tambien masó menos graduados los síntomas que caracterizan su accion, tales como:abatimiento considerable, pérdida rápida de las fuerzas, calor acre,pulso pequeño y frecuente, desfallecimientos, angustias, éstasissanguíneos, tumefacciones con sensacion de ardor, edemas, doloresquemantes, gran sed, ó adipsia; casi siempre estas afecciones, así comolas mas agudas, se agravan por las bebidas frias y acuosas, por estarsesentado ó andar, y por el frio esterior.
A. Afecciones mucosas, catarrales. —Estas afecciones tienen por reglageneral un carácter de lentitud y astenia que aumenta las secreciones yrelaja los esfínteres. Las membranas mucosas abundan en moco, la piel ensudores, pero con alternativa á intérvalos, de ardor y sequedad; cuandoesto último existe, que es lo mas frecuente, las orinas suplen á lasdemás evacuaciones, ó bien se forman colecciones serosas, edemas, y áveces una hinchazon general blanda y blanca del tejido subcutáneo. Haytambien fiebres lentas, con ó sin lesion orgánica, pleuresías,endocarditis y pericarditis subagudas, estados mucosos, que los antiguosllamaban pituitosos, con fiebre vespertina, sudor matutinal y otrossíntomas que pueden exigir la quina, el sílice....
Mas á pesar detodo, no conocemos mejor medio que el arsénico en fiebres catarralescon ansiedad y debilidad, eretismo violento, coriza fluente con calorquemante en la nariz y que se alivia por la noche y al calor de la cama.
B. Gastropatías. —Este medicamento modifica ventajosamente lagastritis crónica y la gastrose agravadas por los alimentos y lasbebidas frias; es tambien el remedio de las indigestiones por abuso delagua fria, de los 197 frutos acuosos y de las dispepsias producidas pordósis exageradas de la quina, del opio y de las bebidas alcohólicastomadas por costumbre.
C. Fiebres lentas. Afecciones subirritativas. —Sabidos son losservicios prestados por el arsénico en las fiebres intermitentes quese hacen irregulares por falta de tratamiento ó por efecto de losfebrífugos inconsideradamente empleados, especialmente cuando haycongestion venosa abdominal, infarto del bazo, lientería, caquexia,edemas, flujos colicuativos. Casi siempre la belladona, el azufre yla quina son útiles en esos casos. El arsénico, en fin, entra en eltratamiento de varias caquexias, de la clorosis, de las coleccionesserosas, cuando hay fiebre remitente, eretismo fugaz, flujo colicuativo,sudores matutinales, reabsorciones purulentas.....
En los primeros tiempos de la atrofia por falta de nutricion de unórgano ó de todo el organismo, teniendo el aparato de la quilificacionpor punto de partida, con eretismo febril, el arsénico es uno de losprincipales medios que, con el carbonato de cal, se puede emplear,escepto los medicamentos mejor indicados por la causa determinante.
Los síntomas de arsénico le colocan antes del azufre, el hierro,el mercurio y el subcarbonato de potasa en las leucorreas consensacion de ardor, fiebre lenta, caquexia y síntomas localessubinflamatorios.
Su indicacion en las afecciones reumáticas está en la subagudeza conmejoría de los dolores, por el calor y sudores, casi siempre nocturnos ómatutinales.
Algunas afecciones, en particular las del sistema nervioso con fiebre,cuando reclaman el uso de arsénico, ofrecen síntomas de irregularidady gravedad propios 198
de esta sustancia; tales son: algunas neuralgiasfebriles ó fiebres larvadas neurálgicas, el eretismo convulsivo, ciertafiebre urticaria y la mielitis; en esta, la utilidad del arsénico essecundaria. Pero en el ergotismo convulsivo, cualquiera que sea laviolencia de la fiebre, este medicamento es un medio escelente; muchasveces el cornezuelo de centeno es específico, cuando no es él mismo lacausa de la enfermedad.
§ VIII.—Estado crónico.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.
Es fácil formarse una idea exacta de los fenómenos diatésicos del arsénico, teniendo en cuenta su modo de obrar, que ya conocemos enparte, y que debemos continuar esponiendo aun, á pesar de algunasrepeticiones, consignando al efecto los siguientes fenómenos: debilidadestraordinaria,—agitacion,—ansiedad,—insomnio,—acritud de lassecreciones,—calor seco quemante,—sed,—palpitaciones,—dolor sordo enel corazon,—plétora
venosaabdominal,—hipocondría,—hemorróides,—colecciones
serosas,—doloresquemantes,—alivio por el calor,—agravacion por la ingestion del aguafria,—agravacion por la noche,—sudor por la mañana al dormirse,—ardorde las deposiciones,—estreñimiento ó deposiciones involuntarias,insensibles,—diarrea con ardor pronunciado y con quemazon en el ano.
Todas las causas de astenia que obran lentamente y que á la par quedebilitan rechazan al interior la actividad de la piel, como losenfriamientos y la humedad, tienden á producir modificaciones análogas álas del arsénico, y afectan el sistema nervioso ganglionar. Sontambien propias de la esfera de accion de arsénico las causas que,aunque con lentitud, aceleran el movimiento 199 de descomposicion, quefatigan las vísceras, ya por irritaciones nerviosas y sanguíneas, ya poruna alimentacion muy animalizada, así como las que aumentan la actividadvenosa, principalmente en el vientre.
En el estado crónico desarrollado por este medicamento, se observangrupos de síntomas especiales que sobresalen del cuadro de nuestrasapreciaciones. Este estado está caracterizado, en general, por unatension y por un eretismo que conduce á la inercia de la fibra y á losflujos colicuativos, al marasmo, á la postracion paralítica.
El arsénico corresponde por la multitud de sus síntomas á muchasenfermedades, en las que es un auxiliar útil, y en ocasiones es el únicoé indispensable medio de curacion.
A. Afecciones del corazon y de los vasos capilares. —Las relacionesespeciales del arsénico con el corazon le hacen muy eficaz en la mayorparte de las lesiones de este órgano. La spigelia es mas análoga al arsénico por sus efectos en este órgano, que el acónito y el azoatode potasa, porque la primera tiene, como el medicamento que estudiamos,una accion mas profunda y mas crónica sobre el centro de la circulacion.Los dos se adaptan mejor á las pericarditis, á las endocarditis, á laslesiones crónicas seguidas de carditis agudas, de reumatismo ó deartritis. La brionia, y á veces el cólchico, tienen una indicacionevidente en las afecciones francamente reumáticas y gotosas del corazon,cuando hay eretismo febril, neuralgia, punzadas violentas con síntomasgraves como el desfallecimiento.
La spigelia, y mas aun el arsénico, corresponden á las palpitacionesde corazon tumultuosas y como en tropel, movimientos ondulatorios, ruidocomo de una cascada, pulsacion de las carótidas, grande dificultad de 200 respirar al cambiar de posicion, espasmo del pecho, ansiedad.... Losdolores quemantes no indican en este caso mas que arsénico; pero aunhay otras particularidades, como la existencia habitual de doloressordos en el corazon, lancinaciones de vez en cuando, especialmente porla impresion del frio en la region precordial, y un pulso mas frecuentepor la mañana que por la tarde. Este estado del pulso es tambien el delas lesiones orgánicas del corazon; el sueño parece activarlas, como siconcentrase en el centro de la circulacion las fuerzas vitalesdistraidas de los órganos que reposan.
Los toxicólogos han apreciado muy bien las relaciones del arsénico conel corazon al indicar entre las principales lesiones que produce lasmanchas de un rojo violado y el reblandecimiento de su membrana interna.Se podria tambien darle análogas lesiones en los capilares, en los quesu accion es bien manifiesta por la estancacion de sangre, la cianosis,las manchas grisáceas, las digitaciones, la detencion de la circulacion,las tumefacciones gangrenosas, la gangrena. El hecho es, que el arsénico se ha manifestado como un poderoso medicamento en unamultitud de casos acompañados de estos síntomas.
B. Afecciones del sistema nervioso. Manías. Parálisis. Espasmos.Neuralgias. —Es notable que, aun cuando no parece que el arsénico tenga influencia sobre las facultades intelectuales, provoque unamonomanía angustiosa, una tendencia al suicidio por preocupacionesinquietas y llenas de angustia, el suicidio lipemaníaco: estos fenómenosestán acompañados de ansiedad precordial, de palpitaciones, de sensacionde constriccion en el corazon, de un estado venoso, de estancacionvenosa, en fin, en las vísceras, que se propaga al 201 encéfalo. El arsénico en esto es muy semejante al oro, al mercurio y al carbonvegetal, cuya accion sobre el sistema venoso y los capilares serelaciona igualmente con la de arsénico sobre el moral.
La parálisis que depende de arsénico afecta con particularidad losmiembros inferiores; es precedida de temblores, de dolores, decontracturas, de convulsiones. La ciencia no puede aun marcar conexactitud la diferencia de la parálisis arsenical de la de otrosmetales, como el estaño, bismuto, antimonio, zinc, plomo y mercurio.
La parálisis de arsénico depende de la afeccion de la parte inferiorde la médula espinal, mientras que la producida por el mercurio seestiende á toda ella. En la de antimonio parece que solo se afecta laparte superior, y en el plomo la parte media, dependiendo de esto lossíntomas particulares de estas diversas parálisis.
La parálisis arsenical afecta tambien las partes superiores de lamédula, en las que pueden presentarse dolores, adormecimiento,hormigueo, contracciones espasmódicas, efectos directos del arsénico,lo mismo que los calambres, los edemas, palidez, diminucion de calor,marasmo sin atrofia. En medio de estos desórdenes, la vejiga y el rectofuncionan bien.
Hungría, que es el punto en el que mas particularmente se observa laparálisis arsenical, es tambien donde se ve establecida la singularcostumbre de tomar el arsénico á grandes dósis como escitante, y conel intento de conservar la frescura del aspecto y la gordura. No nosdetenemos mas sobre esto, porque no es la ocasion ni la oportunidad dehablar de otro modo de este uso del arsénico.
Las dósis débiles están reservadas para los casos en 202 que la reaccionvital y la accion nerviosa son débiles en el sentido de los síntomascuyo cuadro hemos dado. Por esta razon en el baile de San Vito condebilidad muscular y caquexia caracterizada, y que se ha resistido á losmedicamentos mejor indicados, cede con el arsénico y el licor deFowler, del mismo modo que el delirium tremens de los borrachos yciertas neuropatías espasmódicas y paralíticas debidas á una irritacionespinal. Sin prejuzgar la naturaleza del mal de mar, debemos indicar queuna de las especialidades del arsénico, es el aliviar estaincomodidad, con especialidad cuando se le administra despues de la coca de Levante ( cocculus).
El tic doloroso, la hemicránea, las cefalalgias y las neuralgias quecorresponden á la esfera de accion del arsénico, proceden de unaingurgitacion venosa gastro-hepática, de una estancacion sanguínea óserosa, con irritacion subaguda de las meninges ó de los nerviosganglionares, lo cual les asimila á las neuralgias de la nuez vómica.Esta apreciacion se aplica á la mayor parte de los padecimientoscrónicos que corresponden al arsénico: la fisonomía espresa unprofundo padecimiento. Es de observacion que la ciática se agravadespues de comer y que el dolor es quemante. El reumatismo articularcrónico tiene hinchazones y está acompañado de una discrasia serosa óanémica. La gota tiene los mismos caractéres: hay mas rigidez éhinchazon con manchas rojas ó lívidas. La mayor parte de las neuralgiaspropias de este medicamento se agravan en el reposo.
No creemos que sea indispensable en la práctica distinguir las diversasgastralgias, de la que se ha dado el nombre de neuralgia celíaca. Loscaractéres de esta, por la violencia de los síntomas y por la formaintermitente, 203 son indicantes del arsénico y casi siempre de la nuezvómica tambien; los dos representan la neuralgia celíaca en sus efectosfisiológicos. Pero estos dos medicamentos se completan mútuamente por suaccion electiva sobre los intestinos, sobre los nervios ganglionares ypor la naturaleza de su dolor. Se adaptan igualmente á violentasgastralgias con dolor vivo, quemante, dislacerante, que se eleva hastael furor ó el síncope: este dolor parece situarse encima de la apófisissifóides, irradia pronto hasta el cuello ó se divide siguiendo eltrayecto del gran simpático; está, en fin, acompañada de mas ó menosopresion, y deja despues del acceso una s