Travesuras, Cuentos de un Rey by Joana A Park - HTML preview

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Schillingburg

 

Mientras tanto, los soldados de Schillingburg habían invadido Willshire y planeaban destronar al Rey Michael.

 Greyson cabalgaba de ida y regreso con noticias acerca de la batalla.Mis soldados se mantenían firmes en la frontera de Landford, pero no se sabía absolutamente nada de Thomas.

 Mi corazón en cierta manera me decía que él había sido capturado por el enemigo o ejecutado.

 ¡Cuántas vidas perdidas sin sentido!

 No estoy ni siquiera segura si ellos sabían la razón por la cual estaban luchando.El Rey Erich de Schillingburg había creado una batalla que no podía ganar, él se visualizaba como gobernador absoluto.

 “Willshire siempre ha sido partede Schillingburg; pero fue dividido porque al Rey Adam se le ocurrió la estupenda idea de dar un reino a cada uno de sushijos.” Comento elRey Erich a su ejército.Ycontinuó diciendo, “bueno, elReyAdam ha muerto y el Rey Michael no merece gobernar el reino, él ha sido un paria. La suerte le fue otorgada al morir su padre y él no ha sabido cómo manejar su reino.”

“No puedo tolerar esto mástiempo. Iremospara derrocarlo y despojarle de todo poder. Si él debe ser ejecutado, ¡que así sea! Willshire pertenecerá a Shillingburg una vez más.” Agregó en un tono  demandante.

 El ejército coreó en acuerdo.

 Él levanto su mano para pedir silencio. “Vayany preparen nuestrasfronteras. Invadiremos alrayar elalba.” Terminó diciendo.

 En Willshire, todo parecía en calma. Nadie esperaba lo que estaba por venir. Ellos ni siquiera tenían soldados realmente preparados. Yodesplegué a algunos de mis soldados para vigilar Willshire, en caso de que necesitaran ayuda. Thomas iba y veía a lo largo de la frontera. Él

 estaba muy lejos de Landford, por lo cual nadie había tenido noticias de él.Un día en su vigilia, él vio algo inusual y siguió a la distancia a un hombre y una mujer que viajaban adentrándose en el bosque. Por supuesto, eso no era muy extraño; la parte rara es que ese hombre se parecía mucho a David. Thomas sintió que debido a que no había dormido por largo tiempo, estaba viendo cosas que no eran ciertas, pero de todos modos, los siguió al bosque para verlos mejor. Después de una caminata corta, la pareja llegó a una cabaña. La misma cabaña que el padre de Amelia le había mandado construir cuando ella era una niña.

“¿Podría ser?” Thomasse preguntó a simismo. La cabaña estaba abandonada y cualquiera la pudo haber tomado como refugio.

 “No creo que Amelia le haya dicho aDavid acerca de este lugar.” Se dijoa simismo.Thomas se quedó quieto en el bosque, tratando de obtener una mejor vista de aquel hombre, pero no pudo. Aunque si confirmó que la dama era Elizabeth. Pero, (Thomas se seguía cuestionando), “¿Podría ser aquelhombre David? ¿pero cómo? ¡David ESTA muerto!”

En cuestión de minutos, él se viró y no supo en donde se encontraba. Empezó a cabalgar hacia el norte, o lo que él pensó que era el norte. Su mente estaba tan confusa después de lo que había visto que no podía determinar la dirección en la cual se estaba encaminando. Repentinamente, a la distancia, él pudo ver soldados, aunque no los reconoció.

“Deben de pertenecer aSchillingburg” pensó. Saltó de su caballo y sigilosamente caminó para encontrar un área en donde descansar y esconderse. Al momento de caminar, no pudo evitar pensar y poner su mente en orden en respecto a lo que acababa de ver.

 “¿Esesto posible? ¿pero cómo?” Se seguía preguntando a si mismo.

 “Amelia, ¿Me pudo haber ella traicionado deesta manera?” dijo en voz alta.Mientras tanto, el Rey Erich preparaba su estrategia, sus soldados sondeaban el parámetro y  se alineaban para proteger Schillingburg.

Al alinear a las tropas, el primer oficial del ejército del Rey Erich, llamado William escuchó un sonido inusual que provenía del bosque.

 Élvolteó a ver a sussoldadosy lesdijo “Yo iré por este lado, elbosque parece tener vida esta noche”. Al aventurarse dentro del mismo, no pudo evitar sentirse incómodo.

 “¿Quién está ahí?” gritó.

 Él podía oír el desquebrajamiento de ramas, pero debido a la neblina, no lograba ver nada.

 Después de algunos minutos, él se volteó para seguir su camino y escuchó el mismo sonido.

 “Puedo oírte. Sifuerasunoso,ya me hubieras matado.” Éldijo en voz alta.“Preséntese o me veré obligado aproteger mi tierra en elnombredelRey Erich de Schillingburg”. Dijo con voz firme.

 Él se retiró rápidamente y regresó con algunos soldados.“Señores, alguien se está escondiendo ennuestro bosque, debe de ser un golpe de estado silencioso.” Lesexternó.

 “Debemosir y luchar por nuestrasfronteras”. Él agregó, al mismo tiempo que se adentraban en el bosque neblinoso.

En cuestión de segundos, la batalla entre esos hombres y Thomas comenzó. Él era un guerrero muy hábil, pero un solo hombre no podía vencer a todos los soldados de Schillingburg. Él había matado a varios cuando Schillingburg finalmente lo capturó. Al momento en que los soldados lo aprendieron, William lo tomó por el brazo.

 “Yo te conozco” élle dijo.

 “Oh, ¿En verdad?” le preguntó Thomascon una risita.

 “Si, tu eresun Príncipe. ElPríncipe David de Landford, estoy seguro de ello” William contestó.

 “En eso tu estasequivocado colega” Thomas respondió.“No, no; estoy en lo correcto, tu eresunPríncipe, y te conozco, te he visto antes.” Continúo diciendo William.

Thomassolo sonrióy dijo “¡ElPríncipe David está muerto! Tú tienes al hombre equivocado, así que ¡déjame ir!”

Después de un corto forcejeo, William sujetó a Thomas, lo empujóy dijoconun gruñido “bueno, no importando si eres un Príncipe o no, ahora eres un prisionero de Schillingburg.”

 William regresó emocionado al castillo para avisarle al Rey Erich.

 “Su Alteza, ¿me permite?” élpreguntó.

 El Rey Erich volteó a verlo y con una seña le indicó que se acercara.

 “Tengo un prisionero que necesito usted vea” él dijo con excitación en la voz.

 “¿Quién eselprisionero, William?” preguntó el Rey Erich.

 “Élesun Príncipe, unPríncipe de Landford, estoy seguro de ello” William contestó. “¿Un Príncipe?” Dijo elRey Erich.

 “Bueno, tráiganlo, esto va a ser muy entretenido” continuó diciendo el Rey Erich.

 Los soldados armados acompañaron al prisionero y se arrodillaron ante su Rey.

 Thomas permaneció de pie.

 “Tú no estásmostrandorespetopor Schillingburg” le dijo el Rey Erich.“¿Quién te creesque eres, para que sientas que no debes de mostrarle respeto a Schillingburg y a su Rey?” continuó diciendo.

 “¡DI QUIENERES!gritó elRey Erich almismo tiempo que caminaba hacia Thomas. Éltomó su rostro por la fuerzay repitió “¿QUIEN ERES? ¡PRESENTATEA TI MISMO!”.

 Thomassonrióy contestó “Soy elPríncipe Thomas de Landford”.

 El Rey Erich empezó a reírse.“¿Estáshablando en serio? capturamosa un verdadero Príncipe sin siquiera intentarlo” dijo el Rey Erich divertido.

“Bueno, Príncipe Thomasde Landford, no me importa quién seas, muestra respeto y arrodíllate ante TURey.”

 Thomas no se movió.

 “Tú no eresmiRey” Thomasrespondió.

 “Muy bien” añadió elRey Erich. “Soldados, enséñenle alPríncipe Thomaslo que le pasa a la gente irrespetuosa”. Dijo mientras caminaba hacia su trono. Los soldados empezaron a golpear a Thomas.

 “¡SUFICIENTE!” gritó elRey Erich. “Ahora estasde rodillas, eso está mucho mejor” Él agrego divertido.“Asíque, Príncipe Thomas, ¿Qué estabashaciendo en Schillingburg? ¿Está planeando Landford un golpe de estado?” élpreguntó almomento que  empezó a reír.

 Thomas permaneció quieto.

 El Rey Erich caminó lentamente de regreso hacia Thomas.

 “¡CONTESTAME!” gritó elRey Erich mientras golpeaba a Thomas con su báculo. “Estoy aquípor cuentapropia, Lanford no tiene tal plan.Sólo estabade pasada” contestó Thomas.“Mala respuesta, Príncipe Thomas” gimió elRey Erich mientras presionaba su báculo contra el cuello de Thomas.

“PERO, estoy contentode tenerte aquí; he sido informado que eres un guerrero muy diestro. Puedo usar eso en miejército” continuó diciendo el Rey Erich.

 “No voy apelear por tio porSchillingburg”. Dijo Thomas entre dientes.

 El Rey Erich se rio.“Oh, piensoque silo harás, Príncipe Thomas. Tú no tienes opción en este asunto. Vamos a hacer un pacto; tú peleas por Schillingburg y YO NO MATARE a lo que es más precioso para ti. ¿tu madre? ¿tu hermana? dos mujeres hermosas, si bien recuerdo. Oh, lo que haría por ser el primero que lleve a la cama a tudulce Amelia.” Dijo elRey Erich mientras hacía un movimiento como de estar pensando.

 Thomas luchó para liberarse de los brazos de los soldados que lo sujetaban.

“Relájate, joven Príncipe Thomas, sé que haráslo que te digo, ahora que sabes lo que le puede pasar a tu preciosa familia.” ElRey Erich agregó y caminó de vuelta hacia su trono.

Le hizouna seña a un soldado y dijo “enséñale al Príncipe Thomas su encantador alojamiento en nuestro calabozo.”

El Rey Erich se sentó en su trono y comenzó a aplaudir, diciendo “buen trabajo William, El Príncipe será un gran recurso, estoy seguro de ello.”

 “De nada su Alteza” William respondió. “Tengo elplanperfecto, se me acaba de venir a la cabeza” dijo elRey Erich en voz baja.

 “PondremosalPríncipe en elfrente y voy a persuadir al Rey William de Willshire para que asista a un encuentro para discutir la terminación de la guerra y cuando él este ahí, el Príncipe lo va a matar” continuó diciendo elRey Erich.

 William permaneció en silencio.“Créeme, esto acabaraconWillshire y Landford de seguro. Schillingburg se alzará triunfante sobre ambos, pero este plan debe de quedar entre nosotrosdos, tú me traicionasy te mato.” Enfatizo el Rey Erich.

 William asintió con la cabeza y se excusó de la presencia del Rey.Muy temprano a la mañana siguiente, el Rey Erich visitó a Thomasen su celda. “¡Despiértate!” Le gritó mientras Thomas estaba tendido en el suelo en unaesquina y lo pateó. “eldía de hoy esun día muy especialhijo mío” le dijo.

 “Tu guiarása Schillingburg en la batalla, vamosa atacar Willshire”. Agregó.

 “No voy apelear por Schillingburg, ¿queno me escuchaste?” gritó Thomas.

 El Rey Erich negó con la cabeza en señal de desacuerdo.Ya habíamos hablado de esto Príncipe Thomas, debería de visitar a tu Madre o mejor aún, a la hermosa Amelia. Mientras grita, me asegurare de decirle que tú me enviaste, al mismo instante en que arraso con su cuerpo.” ElRey dijo ominosamente. Thomas se movió para atacarlo, pero sus guardias lo detuvieron.

Moviendo la cabeza en señal de desaprobación, el Rey dijo “no,no Príncipe Thomas, no es una buena idea, guarda tu furia para elcampo de batalla.”

La guerra del Rey Erich se efectuó según lo planeado. Thomas fue enviado por la fuerza a  combatir. Pero para Thomas, él no estaba peleando por Schillingburg, sino por él mismo y por su familia.

 Al mismo tiempo, El plan que el Rey Erich había lucubrado para el Rey Michael, fue puesto en marcha y él se fue de camino a Schillingburg para encontrarse con el Rey Erich.

Durante el trayecto, su caravana fue atacada por la armada de Schilllingburg. El Rey Michael fue  despojado de su uniforme real y puesto en medio de la batalla para defenderse a sí mismo.

 El Rey Michael no era un soldado.Como cualquier otro, él tenía las habilidades básicas pero no las suficientes para luchar en contra de otro hombre, especialmente Thomas.

Después de pelear con algunos hombres, Michael se encontró cara a cara con Thomas. Thomas no conocía al Rey Michael; este hombre era sólo un soldado más para él. La batalla entre los dos fue rápida, así como la muerte del Rey Michael, quien no sufrió.

 Sin darse cuenta, los guardias del Rey Michael lo habían rodeado mientras daba la estocada final. Eran demasiados, por lo cual, Thomas se rindió.

 “¿Sabesa quien acabasde matar?” le dijo un soldado.

 “EselRey Michaelde Willshire” otro respondió.Los soldados de Schillingburg se habían retirado rápidamente, mientras los soldados de Willshire se encargaban de Thomas.

A la distancia, William pudo ver que Thomas había acabado con el Rey Michael y era custodiado por los soldados de Willshire e inmediatamente fue y

 le informó al Rey Erich.“Su Majestad,yafue hecho, Thomasmató alRey Michael, pero los soldados de Willshire se lo han llevado preso, ¿qué hacemos?” preguntó William.

 ElRey Erich se veía contento. “¡No haremosnada!” él respondió.“Debo de decir, su Majestad,que su plan tuvo éxito, pero ahora Thomas es un prisionero de Willshire, y él le va a echar la culpa a Schillingburg.” William afirmó.

“Esto se tornó mejor de loque imaginaba, ahora el joven Príncipe Thomas será ejecutado por

 Willshire y no lo haremos nosotros. Él no hablará y nosotrosdiremosque no sabemosquién es.” Dijo el Rey Erich riendo.

Greyson y William habían tenido su junta semanal para compartir las noticias de cada bando sobre la batalla. Para la sorpresa de Greyson, William le informó que Thomas estaba vivo y peleaba con Schillingburg. William nunca mencionó que ellos lo habían tomado como prisionero y lo habían forzado a luchar para conservar su vida. Tampoco le dijo que Thomas había matado al Rey Michael.

 Para ese entonces, el derramamiento de sangre había sido vasto.

 Muchas personas inocentes habían perdido la vida.A menudo pensaba en el momento en que mis soldados tuvieran que pelear y eso me llenaba de terror. Ellos estaban ahí para protegerme, pero yo era responsable de sus vidas. No estaba precisamente deseando estar a su mando en la batalla.

Al estar sentada en la ventana, mirando hacia el norte en dirección a Willshire, mi dama de compañía me tocó el hombro.

 “Su Alteza, su padredeseahablar con usted”. Shyanne me dijo quedamente.

 Me levanté y lentamente caminé hacia su cuarto. “SiPadre, ¿está todo bien?” le pregunté.

 “Oh si, queríaconsultar contigo sobre una tregua que recibíde Schillingburg” élme informó.“Padre, ya no tengoniidea por lo cual estamos luchando. Y de Schillingburg, ¿desde cuándo confíasen elRey Erich?” le interrumpí.

 De repente, Greyson entró sin anunciarse, “su Majestad” dijo en voz alta.

 Mi Padre y yo volteamos a verlo sorprendidos. “Discúlpeme su Altezapero tengo noticias de Willshire.”

 MiPadre le indicó que entrara. “¿Noticiasde Willshire, Greyson?” Le pregunté.ElRey Michaelde Willshire ha sido asesinado.” dijo Greyson y él sabía que Michael era mi  hermano de sangre, por lo cual él pensó qué yo debía ser advertida de su muerte.

“Su hermanoPauldeseaba que usted supiera que el asesino del Rey Michael ha sido aprendido y está siendoretenido en elcastillo Willshire.” Él agregó.

 Permanecí inalterada, hasta que él abandonó el salón.

 “Oh Padre, mihermano ha sidoultimado.” Le dije.“Por lo menostú tieneselconsuelo de saberque la persona que cometió este abominable crimen será castigado como corresponde, tú debes de viajar a Willshire y aplicar ese castigo tu misma.” MiPadre me aconsejó.

 “No puedoPadre”, le dije en un suspiro.

 “¿Ypor qué? tú eresla Reina; tú puedeshacer lo que quieras.” Élme dijo elogiándome.“No tengo nada que hacer enWillshire, especialmente si se trata de darle castigo a un asesino.” Continué diciendo.

“Tú debesde ir y mostrarle tu apoyo al hermano que te queday lamentar la muerte de Michael.” Mi Padre admitió.

 “Pero tengo miedo Padre. Yo no losrecuerdocomo familia.” Le confesé.

“Todostenemosmiedo mipreciosaniña,pero es algo que debe ser hecho. Tu eres Reina de Landford, debes de mostrar entereza, poder y apoyohaciaotros.” Proclamó miPadre.

 Bajé la cabeza en señal de consentimiento. “Greyson y sushombreste acompañaran, élte va a proteger.” Me aseguró miPadre.“No tengo la certeza de que sea seguro Emmanuel” dijo miMadre al momento que entraba al salón.

“Nada en este mundo esseguro Catherine. En la vida, debemos de tomar riesgos. Amelia va en son de paz,a llorar la muerte de su hermano” Mi Padre le respondió.

 “¿Porque le permitesir a lamentar la muerte de un hermano que no conoció y no llorar al hermano que la protegió y la guio?” Protestó miMadre.

 “Catherine, ¿Por qué siempre tienesque hablar de él? Mi Padre le contestó.

 YmiMadre agregó “Porque esla verdad, Emmanuel.”“Madre, yo lloro la muerte de David y Thomas todos los días de mi vida y les voy a mostrar orgullo y respeto si hago esto, además Michael y Paulson misangre y losdebo honrar también.” Le propuse.

 “No estoy contenta Amelia, tu erestodo lo que me queda” MiMadre dijo sollozando.“Voy a hacer queestésorgullosa de mi, Madre” Le dije confortándola.

 “No necesito que me demuestresorgullo deesta forma, yoya lo estoy de tide todosmodos.” Ella  instó.Ella volteó a ver a miPadre y le dijo “Ytú, ¿Cómo te atreves a condenarme por hablar de mi primogénito? ¿En dónde tienes el corazón

Emmanuel? No importa el motivo del cual David haya sido acusado, no importa la clase de monstruo que piensas que él haya sido, o que sientas que él te traicionó, lo cual es completamente falso. Él es tu sangre, es parte de ti y tu no lo puedesborrar.”

Ella empezó a alejarse, cuando mi Padre la tomó por elbrazoy contestó “quizá tú también deberías de irte con tu hijo si tanto lo deseas. ¡Aquí NO eres  requerida!”Yo volteé y le grité “Padre,ese esun comportamiento inaceptable, Mi Madre no se merece que la trates así, con tanta falta de respeto. ¿Cómo te atreves?”

 Él levantó su mano, y abofeteándome, me dijo “¿COMOTEATREVES? Tú todavía eresmihija, aún debajo de esa corona. Que nunca te cruce por la mente volver a dirigirte a misin eldebidorespeto.” Y después, abandonó el salón.

MiMadre corrió hacia mí, tocando mimejilla “él no quiso en realidad hacer eso Amelia.” Ella me dijo. Yo permanecí callada.

 Me disculpé para abandonar el salón y vagar por los corredores, como solía hacerlo de niña.Ese era mi único consuelo, era todo lo que quedaba de los tiempos felices en el castillo Landford.

En las esquinas, podía oír el eco de David y Thomas canturreado, jugando y corriendo detrás de mí. Podía sentir a David alzándome por todo lo alto y haciéndome girar. Podía sentí a Thomas empujándome hacia una esquina para besarme. Podía sentir su presencia alrededor mío. Era tan fuerte en mi cabeza, que me estaba volviendo loca. Al llegar al final del corredor, me acurruque en un rincón obscuro y comencé a llorar.

 No podía hacer esto.

 No estaba hecha para ser una Reina.

 Necesitaba a mi hermano.

 Necesitaba a mi esposo.Trataba de esconder mi corazón roto debajo de todo este oro, satín y encaje, pero se había convertido en un peso muy difícil de llevar. ¿Qué debía de hacer? ¿A dónde debería de ir?