Viajes por Filipinas: De Manila á Tayabas by Juan Álvarez Guerra - HTML preview

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CHAPTER XV

CAPÍTULO XV.

De Sariaya á Tiaong.—Monotonía del camino.—Diversidad del resto de laprovincia.—Panoramas.—

El

Lagnas

.—Aguas minerales.—El río Quiapoy el Maasim.—Barrio de Maasim.—Su riqueza y necesidades.—

Un indiorico.—Apunte de una idea financiera.—Cambio de caballos.—Vistade Tiaong.—Su situación, límites, historia, salubridad,productos y estadística.—Aspecto del pueblo.—Inclinaciones de sushabitantes.—La resistencia pasiva.—Falta de edificios.—El consabidobaile.—Brillantes y sayas.—

Paredes aprovechadas.—Camino de Tiaongá Dolores.—Dolores.—Su historia.—Bellos paisajes y riquísimasaguas.—Regreso á Tayabas en posta.

La jornada que habíamos de hacer el día tres para ir al pueblo deTiaong era muy larga; así que se dió orden de salir antes de quealboreara.

A las cuatro de la madrugada todo estaba listo, ocupando á los pocosminutos el carruaje que nos había de conducir.

A la salida del pueblo dejamos un puente de piedra bastante bienconservado, y entramos en una recta y espaciosa carretera.

El camino de Sariaya á Tiaong, difiere completamente del resto de losque se encuentran en la localidad; verdad es que de la cabecera á aquelpueblo, forma la provincia un saliente que hay que retornar cuandose trata de dar á aquella la vuelta. El espacio que separa Tiaong áTayabas, no armoniza ni en su geología ni en su industria, con eltotal de los demás terrenos que componen la provincia.

Riquísimospastos; dilatados cogonales; extensos manchones sin derivaciónalguna; profusión de mangas, bongas

y

madre-cacao;

no escasosplantíos de palay en secano; algún que otro café, resguardado por lasombra del balete

ó del

abacá

; y de trecho en trecho, descarnados

algodoneros

, en cuyas desnudas ramas acecha el aguilucho ó arrulla elbató-bató, es lo que se va encontrando en aquel camino cuya monotonía,regularidad y falta de accidentes hace interminable, máxime si serecorre en época de secas, en que los cascos de los caballos levantanun polvo cernido muy molesto. En aquel camino no encontraréis nicascadas, ni ríos caudalosos, ni viva ni alegre vegetación. La hojapierde su esmalte con el polvo que la cubre, y los ríos en tiempo desecas muestran sus descarnados lechos salpicados de las excrecenciasvolcánicas que arrastran de las misteriosas grutas del San Cristóbal.

Las aguas del Lagnas al cruzar el camino, en el que no tienen puente,dejan gran cantidad de hierro y azufre, conteniendo principiosmedicinales que han dado buen resultado á los que de ellas hanhecho uso, sobre todo en las afecciones de la piel. Vadeado elrío Quiapo—que se encuentra á continuación de Lagnas y cuyo vadogeneralmente está seco—entramos en la jurisdicción del rico y pobladobarrio de Maasim

, por cuyas tierras corre el río de su nombre.

El barrio de Maasim está llamado á ser pueblo en un plazo no muylargo. Se encuentra en el comedio del camino de Sariaya á Tiaong, yen la fecha en que escribimos, afluyen ricos propietarios que lo vanpoblando de excelentes construcciones. El día que Maasim sea pueblo,perderán gran número de tributos Tiaong y Sariaya, y así se explicala oposición que viene sosteniéndose para que no salga de su modestonombre de barrio.

En una buena y cómoda casa de Maasim, descansamos y mudamosde caballos. El dueño de aquella, Capitán Ciriaco,

que sabíanuestro viaje, nos tenía preparado un buen almuerzo, durante elcual nos enteramos que aquel poseía un capital inmenso consistenteen sementeras, cafetales y ganados, lo que comprendimos desde luegoal ver las dimensiones de sus tambobos, repletos de bayones de café,y cavanes de palay. Al apreciar toda aquella riqueza, y al calcularla tierra que debía poseer para lograr tales cosechas, no pudimosmenos de reflexionar los pingües rendimientos que podría producirle alEstado la introducción de una módica contribución territorial. CapitánCiriaco y otros muchos que se encuentran en su caso, por no pagar,ni aun pagan la prestación personal, de la que están exentos porrazón del cargo que ejercieron. Ligeramente apuntamos esta idea quealgún día quizá desarrollaremos, si Dios quiere, juntamente con otrasmuchas que guardamos en cartera.

Puestos nuevamente en locomoción, merced á la fogosidad de dosmagníficos caballos que enganchó Ciriaco, continuamos nuestro camino,á una hora, en que no solamente molestaba el polvo, sino que tambiénun calor sofocante.

Sin nada que de citarse sea, y después de cruzar el río

Taguan

,dimos vistas á Tiaong. En tres horas salvamos los 27,50 km. queseparan á Tiaong de Sariaya.

El pueblo de Tiaong, fué fundado á principios del siglo XVII.

Está situado en una llanura por la que corre el río

Lalig

, cuyasaguas bañan las orillas del pueblo. Confina con Dolores, Sariaya ySan Pablo. Su clima es seco y mal sano. Tiene 52 cabecerías, 7.273almas, tributando 4.722. Acaecieron 252 defunciones, 115

casamientosy 310 bautizos. Se sortearon 335 mozos, de los que correspondieron8 soldados.

Por término medio asistieron á las escuelas 50 niños, vacunándose182. La jurisdicción de Tiaong está á cargo de 18 caudillos, y sufuerza pública la componen 38 cuadrilleros, y á más un puesto deGuardia civil, mandado por un teniente. La criminalidad de Tiaong daun resultado desconsolador, pues se registraron 33

causas.

Los vecinos de Tiaong son muy insistentes en sus propósitos, siendomuy apropiado el calificativo de cavilosos

, con que los define elindio de Tayabas.

El pueblo tiene un aspecto triste, la hierba crece en sus callesy las conchas

y puertas de las casas permanecen casi todo el añocerradas, efecto de vivir la mayoría de sus vecinos en las haciendasó sementeras, de las que no salen sino en los días solemnes.

Edificios no tiene ninguno digno de citarse. La iglesia está en obray el convento en completa ruina, estado en que permanecerán largotiempo, teniendo en cuenta la proverbial resistencia pasiva delnatural de Tiaong, quien prestará pocos y tardíos auxilios.

No hay Tribunal, y la escuela la constituye un malísimo camarín. Elcuartel de la Guardia civil se levantó á fuerza de excitaciones y

algo

más. En el centro de la plaza, campea una casa que cuando seconcluya será magnífica, mas no podemos responder el cuando

brillará

dicha magnificencia, pues por espacio de tres años la vimos siempreen el mismo estado.

Tiaong, es pueblo rico, cosechándose arroz en gran cantidad, quellevan á los mercados de Batangas; café recogen en bastante númerode cabanes, cuya cosecha por lo general se compra por adelantado.

La pepita del

lumban

, que tanto llamó la atención en la últimaExposición de París, deja un buen rendimiento. Se cultiva algunacaña de azúcar, cacao y abacá. Es agricultor en primer término,favoreciéndole á ello las dilatadas llanuras que comprende suterritorio, en el que se encuentra mucha y buena caza mayor y menor,predominando en la primera, el venado y el jabalí, y en la segundauna rica y numerosa variedad de palomas. Pastos los posee excelentes,criándose en ellos ganado vacuno y caballar.

La noche de nuestra llegada hubo su correspondiente baile en lacasa del Gobernadorcillo, y en ella vimos reflejarse la riqueza delpueblo. Había india que lucía valiosas perlas y gruesos brillantes;llamando sobre todo nuestra atención, lo extremadamente largo de lascolas de sus ricas sayas.

Las quintas y elecciones se hicieron en el camarín que sirve deescuela. Días antes habíamos estado en Tiaong, y aquel

mismo

modestísimo templo de la ley y de la ciencia, estaba convertido endepósito de cadáveres. Pocas, poquísimas paredes habrá tan aprovechadascomo aquellas, pues por aprovechar, ni aun desperdician los remolinosde polvo, que dan entrada, mas nunca salida, los irregulares agujerosque empiezan en la puerta y concluyen en el tejado. Si en aquellaescuela se recoge tanta ciencia como basura, con el tiempo será Tiaongun pueblo de Sénecas.

En las primeras horas de la mañana del cuatro nos dirigimos áDolores. El camino á este pueblo puede recorrerse en carruaje, enépoca de secas, en la de aguas se pone intransitable. Hay en aqueltres cuestas y un profundo barranco por el que corre un riachuelo,cuyos pasos deben hacerse con precauciones.

De Tiaong á Dolores, hay 10 km. que hicimos en cinco cuartos de hora.

Dolores es un alegre pueblecito enclavado bajo la influencia delBanajao, el San Cristóbal y el Masalacot. Su fundación es moderna,datando del año 1835. Ocupa el sitio que antiguamente se llamaba

Hambuhan,

y lo forman antiguos tributarios procedentes de Tiaongy de sus vecinos pueblos de Batangas.

El nombre que se le puso á su creación fué el de

Nuestra Señora delos Dolores

.

La altura que ocupa y lo limpio de los horizontes que domina, descubrenpintorescos y bellísimos paisajes.

Es muy sano y sus aguas contienensustancias altamente diuréticas, efecto de venir muy batidas entrecampos en que crece la zarzaparrilla. Sus productos son los mismos quelos de Tiaong. Confina con este pueblo y con el de San Pablo. Lo forman1.498 almas, de las que tributan 916 en 11 cabecerías. Sus defuncionesllegaron á 49, á 21 sus casamientos y á 63 sus bautizos. Concurrieroná las escuelas 20 niños y se vacunaron 19. Se sustanciaron 3 causas,se sortearon 62 mozos, de los que se sacaron 2 soldados. Hay puestode Guardia civil al mando de un sargento europeo; compone su dotaciónde cuadrilleros 16

individuos y 6 el número de caudillos para vigilarsus barrios.

Su Tribunal, lo mismo que la escuela, están en casas particulares. Laiglesia, el convento y el cuartel, constituyen tres modestísimosedificios.

En Dolores almorzamos después de haber cumplido nuestramisión. Regresamos á Tiaong aquella misma tarde, desde donde retornamosá Tayabas, á cuyos

bantayanes

llegamos á las diez de la noche,habiendo aprovechado desde Dolores cuatro parejas de caballos,distribuídas en Tiaong, Maasim y Sariaya.

El día seis por la tarde debíamos salir para dar la vuelta á laprovincia.