Viajes por Filipinas: De Manila á Tayabas by Juan Álvarez Guerra - HTML preview

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CHAPTER XIX

CAPÍTULO XIX.

Navegación en

baroto

.—Escasez de luz y abundancia de mosquitos.—Losprincipios y los medios.—Horas interminables.—

Malayopo

.—El monte Soledad.—Vista de Mauban.—Su historia,estadística y productos.—Episodio glorioso.—

Don Simón de Anday los franciscanos.—Documento notable.—Setecientos quintalesde plata.—De Mauban á Lucban.—Caminos que hace el hombre yarreglos que hacen las aguas. Vadeos, precipicios, quebradas ydesmontes.—El Balete.—Barrio de Sampaloc.—La hamaca.—Lúgubressemejanzas.—

Descanso en Lucban.—Vuelta á Tayabas.

¿Saben ustedes lo que es navegar en baroto?

Si la contestación es negativa no deseen hacerla afirmativa,pues de seguro se arrepentirán. De Atimonan á Mauban puede irsepor

algo

, que algunos afirman que es vereda; pero el viajero quellega á poner en ella su planta, se convence á costa de sus huesosde que no hay tal

cosa

, sobre todo, en la parte que comprende elescabroso monte Pitisang. Para evitar esto, y sobre todo las ocho ódiez horas á caballo que se invierte en la jornada, resolvimos dejarla vía terrestre y entrar en la marítima.

El tiempo estaba algo revuelto, y el patrón del baroto trincóperfectamente las amarras del caran

, de modo que la parte habitadade la embarcación quedó convertida en una especie de ratonera, enque si bien escaseaba luz y aire, abundaban los mosquitos y las moscas.

A las seis vencimos la barra, balanceándonos en el gran Pacífico;orzamos para tomar rumbo, pero la vela se empeñaba en no tomar viento,empeño perfectamente justificado al ver los agujeros que tenía sutriangular superficie y la poca gana de soplar que había por arriba.

La postura que se busca en cualquier forma de locomoción es agradableal principio, más si la jornada es larga, antes de llegar á los

medios

aquella, no solo es molesta, sino que no hay ninguna quesatisfaga. El baroto no tenía asientos, así que los que íbamosembanastados en su camareta tuvimos que hacerlos con mantas ymaletas. Durante la primera hora todo fué bien; fumamos, reimos yhablamos de largo, mas poco á poco se nos entró

la noche por laboca de la camareta, y las nuestras dejaron paulatinamente de moversey de chupar.

El monótono crujir que produce toda vieja embarcación; la uniformidaddel quejido de la onda al ser cortada por una lenta marcha; elsilencio de la noche y lo impenetrable de las sombras, traen alespíritu un sinnúmero de fantasmas que pasan y se desvanecen en lamisma forma en que nacen; mas cuando esas fantasmas son

vistas

porunos ojos que pertenecen á un cuerpo que no encuentra postura buena,que desea reposo y no lo halla, y que tiene sueño y le es imposibleconciliarlo, entonces entra un grandísimo malestar y las horas sehacen interminables. La estrechez del baroto no permitía echarnos,obligándonos á conservar posturas irreconciliables con el descanso;y no hay nada más molesto que estar completamente rendido y faltode sueño, y, sin embargo, no poder dormir. Cincuenta veces porhora preguntamos al patrón si faltaba mucho, y siempre tuvimos porcontestación su invariable

malayo po.

Macilentos, escalofriados, somnolientos y doloridos, principiamosá ver el cómo se retiraban las sombras á sus antros y el cómo laaurora abría las puertas al día. El sol apareció en los cielos,y nos mostró entre ligeras brumas el monte Soledad, á cuya falda seasienta el pueblo de Mauban.

A las ocho de la mañana llegamos á aquel. Catorce horas invertimosen tan deliciosa

navegación, de que me acordaré mientras viva.

Mauban no se conoce cuando se fundó. En los archivos se encuentra aquelnombre figurando en los anales del último tercio del siglo XVI. El año1600 se sabe fué su párroco el padre frey Fernando Moraga. Dicho pueblosufrió varias traslaciones hasta el año 1647, en que definitivamenteocupó el sitio en que hoy se halla.

Se encuentra en la costa delPacífico frente á la isla de Alabat. Su clima es muy caluroso, si bienlas tardes y madrugadas son refrescadas por las brisas del mar. Maubantiene 9.039 almas, tributando en sus 48

cabecerías 4.274. Hubo 366defunciones, 57 casamientos y 320 bautizos. Se sortearon 476 mozos,á los que correspondieron 9 soldados. Se vacunaron 341. Asistieroná las escuelas 160 niños. Se incoaron 9 causas, y el número decuadrilleros y de caudillos ascendían, los primeros al número de 43,y de 29 los segundos.

Como edificios no hay ninguno digno de citarse, excepción hecha dela iglesia y el convento. Aquella es de una fuertísima construcción,componiendo su torre cinco cuerpos.

Los productos principales son arroz, abacá, café, cacao y maderas. Lasmujeres tejen salacots y petates muy buscados. En la extensajurisdicción de Mauban se cría mucha y buena caza.

El nombre de Mauban, representa un hecho histórico digno decitarse. Habiéndose logrado sacar de Manila con grandes trabajosy peligros durante la invasión inglesa, el Real Tesoro, aquellosse aumentaron, estando en camino de la Pampanga, por haber dado elenemigo con su pista; conociendo esta posición el cauteloso D. Simónde Anda, se dirigió al Provincial de los Franciscanos, que se hallabaen Lucban, comisionándole para que de acuerdo con los conductoresdel Tesoro, buscara forma para embarcarlo y salvarlo en uno de lospuertos de Tayabas.

El superior de la Orden, en vista de tan arriesgada comisión, eligiópara llevarla á cabo á Mauban, á cuyo cura párroco le dirigió lasiguiente carta, acreedora por todos conceptos de ser conocida. Diceasí:

«A nuestro hermano Frey Francisco Rosado de Brozas, Predicadorex-definidor, Guardián y Ministro de doctrina de nuestro convento deMauban, salud y paz en Nuestro Señor Jesucristo.

«Hallándonos con este superior decreto que con la mayor veneracióny rendimiento obedecemos; y siendo de nuestra obligación el ponertodo nuestro desvelo y cuidado en el servicio de Nuestro Rey y Señornatural, aunque sea á costa de nuestras vidas, manifestando el debidovasallaje y lealtad de agradecidos hijos y afortunados vasallosde un Rey y Señor, de cuya soberana mano viven tan reconocidas yobligadas, nuestra seráfica religión y apostólica provincia de SanGregorio. Por tanto, teniendo satisfacción de las prendas que enV.C. concurren, mandamos á V.C. por santa obediencia, acompañe,ayude y sirva á conducir el Tesoro de S.M. (q.D.g.), según quedispusieran el Capitán de navío D. José de Acevedo y el maestre deplata D. José Góngora: y á este efecto mandamos á V.C.

disponga yavíe todas las embarcaciones servibles de todos nuestros conventos,ya sean de esa costa, ya de la provincia de Camarines, sacando dedichos conventos cuantas provisiones se juzguen necesarias para elgasto y manutención de la gente necesaria, hasta consumir lo quelos conventos tengan para su preciso mantenimiento. Y porque es muycorrespondiente á nuestro instituto y gratitud, el servir á nuestroSoberano Monarca, con el desinterés y celo, á que nos obligan tantasleyes y respetos como sus leales vasallos, obligadísimos frailesde San Francisco. Mando á V.C. por santa obediencia, que por ningúnconcepto permita reciban nuestros conventos ni religiosos cosa algunapor el servicio de embarcaciones, y recompensa de las provisionesque suplan, y sí solo se expresarán á continuación de estas nuestrasletras, las embarcaciones con la nominación de sus conventos; losvíveres que de estos se sacaren con expresión singular, y todo lodemás que acredite el desempeño de nuestra obediencia al superiordecreto y servicio á Nuestro Soberano y al común de la patria. Yestas nuestras letras serán leídas é intimadas á nuestro hermanoGuardián de nuestro convento de Naga y Comisario provincial de laprovincia de Camarines, para que en su vista provea lo convenientey necesario á la expedición del presente negocio, y concluído estese nos devolverán originales con el Superior decreto que acompaña,para presentarlo al superior Gobierno. Dadas en este nuestro conventode San Luís obispo, del pueblo de Lucban, firmadas de nuestra mano,selladas con el sello mayor de nuestro oficio y refrendadas de nuestroSecretario en siete días del mes de Febrero de mil setecientos sesentay tres años.—

Frey Roque de la Purificación

, Ministro provincial.»

La comisión cumplió su encargo, embarcando en Mauban, en 20 bancas y1 pontín, el Real Tesoro, que pesaba unos 700 quintales. A los pocosdías se encontraba toda la plata en poder del justiciero y valientemagistrado.

Dos días permanecimos en Mauban, y al terminar aquellos emprendimosel camino de Lucban. La descripción de dicho camino es imposible,entre otras cosas, porque en muchos sitios no lo hay, y en otros lastorrenciales aguas lo modifican á su antojo entre aquellas accidentadasy bruscas estribaciones. Vadeos, precipicios, quebradas, desmontesy derrumbaderos es lo que se encuentre entre la balsa de Mauban yla visita de Sampaloc, en donde termina el Balete, ó sea el monteque divide las jurisdicciones de Mauban y Lucban. Hasta Sampalocgeneralmente se emplea la hamaca, muchos van á caballo, pero espeligroso y molesto por las continuas bajadas. Las hamacas de laprovincia de Tayabas consisten en dos bastidores de vara y media delargos, y menos de una de anchos, divididos y sujetos por dos tablasde narra, por las que pasa una larga y fuerte caña. Sobre el bastidorsuperior se coloca el trapal, y el inferior es el llamado á sosteneral viajero. Entre bastidor y bastidor hay poco espacio, de formaque no hay medio de sentarse, habiendo que permanecer echado todo eltiempo que dure la jornada. La hamaca es llevada por 8 á 16

hombres,en cuyos hombros se apoyan los salientes de la caña, que pasan porel interior de la hamaca.

Cuando llueve y hay que cerrar aquella,dejando caer las faldetas de los trapales, se asemeja á un ataúd másque á otra cosa. Esta lúgubre semejanza la han encontrado todos losque por primera vez han viajado de tal forma.

Desde Sampaloc á Lucban el camino mejora notablemente, pudiéndoseemplear el caballo.

De Mauban á Lucban hay 25 km. En este último pueblo descansamos unpar de días, al cabo de los cuales volvimos á pisar la casa Realde Tayabas.