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CAPÍTULO XXI.
Costumbres.—Fiestas.—El
bínyagan
—El
unang pag paligo
.—El
diariuhan.
.—El
labac, el pulong y la aniyaya.
.—El
suizan
.—Eltañido del
tambulic
.—Inspección del barrio.—La cama delJuez mayor.—Cincuenta y dos días de bailujan.—El buisan.—
Los
pintacasis
.—Juntas y cabildeos.—Triunfo de la Liceria yde la Chananay.—Aliño de un teatro en Tayabas.—El cómico de lalegua.—¡Ojo con los empresarios!—Un día de buen comer.—Preparativosde cuaresma.—
Lapasan
.—El vino en vaso y el coquillo en tabo.—El
tapatan mang pasion.
—
Moros
y cristianos.—El sábado de gloria.—Elcanto del gallo.—
Pascuhan
.—El
hatiran
.—Recuerdo de una pregunta.
A más de las fiestas que dejamos descritas, existen otras muchísimasen la provincia de Tayabas. La muerte proporciona diversiones, elnacer también. El bautizo origina la fiesta llamada bínyagan
. Alos siete días se baña la parida, y con este motivo se celebra el unang pag paligo
. Si el niño muere después de recibir el agua, sele coloca en una bandeja, se le rodea de flores y en vez de lágrimashay la fiesta del
diariuhan
.
Si en el hogar nacen un sinnúmero de fiestas no nacen menos en un Tribunal.
Nombrado un Cabeza de barangay no toma posesión de su cargo niasiento en la principalía hasta el primer día de misa que sigueá su aceptación, y en el que espera en la sacristía, de donde losaca el Teniente mayor antes de principiar aquella, dándole asientoen lugar preferente, y quedando desde aquel momento revestido detoda la plenitud de su cargo. La primera misa que oye el Cabezaorigina la fiesta llamada
labac
. La primera junta que preside elGobernadorcillo crea el
pulong
. Cuando se propuso al Cabeza ya seconsumó la
aniyaya
.
Las visitas á los barrios que hace el Juez mayor dan nombre á los suizan
.
Para llevar á cabo dichas visitas, aquel avisa al
matandá sanayon
más viejo—cada barrio tiene tres—el día que ha de hacerla,señalamiento, que da á conocer por medio del tañido del tambuli,que convoca á todos los vecinos. Una comisión de principales montadosen buenos y bien atalajados caballos, va á la casa para sacarle. Losvecinos del barrio lo esperan en sus fronteras, y una vez en ellas,lo llevan á una casa perfectamente adornada, en la que se nota unespecial detalle. El indio duerme en el suelo, pues bien, al Juezmayor se le prepara en alto
una cama, en cuyo adorno emplean lasdalagas del barrio gran esmero.
Constituída la visita en el barrio, el Juez mayor, ayudado de otrosmunícipes, inquiere, inspecciona y averigua los adelantos y mejorasque se han llevado á cabo en el trascurso del año. El Juez, llevapara estos actos una caja que contiene las listas del estado delbarrio en la última visita, el tadhana
ó bando que le autoriza,unas disciplinas y una palmeta, castigando con esta á las que se hanhecho acreedoras é imponiendo correctivo á los delincuentes con lasprimeras. En estos castigos no hay nada de crueldad, y sí solo, unamortificación al amor propio, por hacerse aquellos á la vista pública.
La inspección del Juez mayor no se limita á la esfera material,sino que también se extiende á indagar la moral de cada individuo.
Concluído el acto oficial da comienzo la fiesta del
suizan
, quepor lo general dura veinticuatro horas. Tayabas tiene cincuenta y dosbarrios, de modo, que los aficionados ya saben que estos catapúsanesdan un contingente de cincuenta y dos noches de jolgorio duranteel año.
El
suizan
es la verdadera fiesta del indio; en ella es donde hayque buscarlo para encontrarlo tal cual es.
El
buisan
es parecido al anterior, con la diferencia que en este elCabeza convoca á todos sus carolos ó tributantes para un día dado,á fin de rendir y ajustar los finiquitos de cuentas. El buisan
irroga algunos gastos al Cabeza, que sufraga la fiesta, más tambiénle evita el tener que andar meses enteros á caza de sus tributantes.
Como cada barrio está bajo la advocación de algún santo, excuso decirá mis lectores que cuando el calendario señala sus nombres hay suscorrespondientes
pintacasis
.
En la fiesta en que realmente se echa el resto es en la del pintacasi
del pueblo. Meses antes del en que se celebra aquella principianlas juntas, los cabildeos, los proyectos y los preparativos. En elTribunal se somete á la sanción de la principalía las opiniones queprevalecen.
La misa solemne de tres padres, con sermón, las músicas,los globos, los bailes y los fuegos artificiales están fuera dediscusión, pues siempre se cuenta con ellos. Donde se riñe la verdaderabatalla, donde los oradores
esgrimen toda su argucia, es en si hade haber ó no comedia. Una comedia en Manila se arregla en dos horas,habiendo un socio capitalista que tenga en cartera
hasta
un billetede Banco de 10 pesos, ó un crédito en plaza, ó plazuela, de 20 pesetas;capitales que, aunados con un
industrial
que á la par de socio seacómico, cantante y bailarín, se concierta un programita. Esto, que estan fácil en Manila, en Tayabas constituye una empresa verdaderamentepiramidal, y aun cuando los indios no conocen las colosales masasde piedra del Egipto, sin embargo, recuerdan que la última comediaque tuvieron había costado una
derramita
de á 20 pesos, si no porbarba, por lo menos de bolsillo, y con tal recuerdo no es de extrañarque el asunto se debata, y hasta algunas veces se
arañe.
Demos debarato—por más que á ellos les ha de salir algo caro—que los amantesde la Chananay y la Liceria triunfen. Este triunfo representa tresnoches de comedia de magia, con cantos, bailes y gimnasia. La magiay los turbantes son tan indispensables en toda comedia tagala, comoel llamar simpática
á la Liceria, omisión que el día que la hicieraun cajista de cartel
, produciría un
terremoto
de bambalinas.
En Tayabas no hay teatro, por consiguiente, hay que hacerlo, y despuésde hecho aliñarlo
para el caso, y el
caso
tiene más harigues ybejucos de lo que parece. Entre el tablado y Manila hay nueve legüitasde monte—
¡pero qué monte!—y á más, el sorbito de agua que tiene lalaguna de Bay. La maquinaria, atrezos
, vestuarios, telones y demástarantines hay que llevarlos á brazo, y los brazos son caros.
El cómico indio, cuando viaja por su cuenta, es muy sobrio en comidas,bebidas y bagajes, pero cuando viaja á cuenta de un
pintacasi
pidebillete de cámara, caballo que tenga
imbay
, merienda, paraguas porsi llueve, y sombrilla por si hace sol. Come como un sabañón, y bebecomo una cuba. Con estos antecedentes, excuso manifestar á mis lectoresque todo empresario de provincias lo primero que pide en el contratoes que los
artistas
han de ser traídos, llevados comidos y bebidospor cuenta de la principalía. Si esta no tiene la amarga experienciaque da la práctica y cae en tal contrato sin ponerle cortapisas, se hadivertido. EL
artista
, cuando se convierte en cómico de la legua, setransforma en un sér distinto de los demás, y si esto es ó no cierto,apelo á todas las principalías que han caído en el lazo que les tiendeun sutil empresario, desarrollando ante sus ojos un tremendo telón,exhibiendo en almazarrón lo que promete dar en carne y hueso.
Pero en fin, la cosa es que generalmente se vota por la comedia,y más ó menos cara la hay con gran contentamiento de miles de seres.
Las cosas más insignificantes crean un día de jolgorio, de todo sacanpartido, y todos los actos de la vida los comienza el indio con unashoras de placer.
En sus expansiones, buscan por lo regular las casas de sementeras;en los pueblos se ahogan, y no se encuentran á sus anchas.
Cualquier convalecencia, satisfacción, enhorabuena, ó cumpleaños, dapretexto á un dadayo ang pagcain sa linang
, ó sea día de buen comeren el campo. A la vuelta de estas fiestas, las dalagas se adornan deflores que con gran algazara cogen, combinan y deshojan por el camino.
Al aproximarse la cuaresma el indio de Tayabas se prepara á despedirsede comer carne, con las fiestas de
lapasan
, las que siempre secelebran en las sementeras. Si los que las dan son ricos, asistela música; si no lo son, la guitarra, las voces y las palmas lasustituyen. En los aristocráticos lapasan
, se bailan habaneras yrigodones, se cantan
trozos
de … cualquier cosa, y se bebe vinode Europa en vaso: mientras que en los lapasan
tradicionales,en los puros tagalos, se empina
coquillo
, se baila
cumintang
,se canta
cutang-cutang,
se bebe en tabo, se come lechón, y portodo mantel está el verde césped, por todo tenedor los cinco dedos,y por todo pan sendas pelotas de morisqueta.
Para todas estas fiestas se construye de cañas y ramaje un emparrado,á cuya sombra se pasa el día.
Durante la cuaresma no se come carne, mas esto no obsta para quecontinúen las reuniones indias, sustituyendo en lugar de aquellapescados y
gulays. El tapatan nang pasion,
da origen á una cena. Aesta preceden costumbres altamente curiosas. Al intentarse que enuna casa se verifique un
tapatan nang pasion,
acuden por la nochefrente á ella varios individuos vestidos de judíos,—según ellosdicen—y simulan alguna de las escenas de la semana del dolor. Losde afuera piden hospitalidad y descanso á los de adentro, cantandola crudeza del tiempo, lo cansado de sus cuerpos y los sufrimientosde su espíritu, hasta que compadecidos los dueños de la casa abrenlas puertas y una vez que judíos, moros y cristianos fraternizan,se canta la pasión y después se cena.
Este solo cuadro de costumbres, podría llenar un libro.
El tapatannang pasion
por sí solo, da origen á una serie de reflexiones yobservaciones que ocuparían muchas cuartillas.
El sábado de gloria es animadísimo el ver por las calles de los pueblosde la provincia de Tayabas, á chicos, grandes y mujeres. Todos vanprovistos de bombones en que rebosa la sangre de cerdo, ó la espumadel coquillo, y ninguno deja de llevar tremendos tasajos de todas lascarnes comibles, conocidas en la localidad.
A paso largo se dirigená sus respectivas sementeras, y á buen seguro que prueben un solobocado de carne hasta que la altura de la luna, ó el canto del galloanuncie haber mediado la noche.
El nacimiento del domingo de gloria, tiene por
mantillas
cientosde pieles de otros tantos pobres animales inmolados ante el ara demiles de famélicos dientes, que por espacio de cuarenta días hanestado soñando con carne.
Los tres días de Pascua los celebran con el nombre del
pascuhan.
Para cerrar este capítulo y hacer comprender el espíritu bullangueroy alegre del tayabense, voy á recordar cómo conocí una de sus fiestas.
Una tarde, que solitario, mustio y pensativo paseaba por la calledel Bambán, llamó mi atención un alegre grupo acompañado de lamúsica, que con gran algazara traía la misma dirección en queyo marchaba. Acorté el paso, levanté los ojos de las espumosasaguas que corren aprisionadas en el bambán, y la curiosidad hizome fijara en el grupo, llamando mi atención una bandeja llevadaen manos de una dalaga. Los seguí, y al ver entraban en una casa,interrogué á uno de los acompañantes quien me dijo iban á tener un
hatiran
. No comprendiendo la
cosa,
me entré con ellos y vi quela bandeja contenía un pañuelo rodeado de sampaguitas, campanillas ycalachuches. Pregunté, y me dijeron que aquel pañuelo lo había perdidola dueña de la casa, y una vez encontrado y averiguado de quién era,se lo iban á devolver, no sin antes pagar el hallazgo con la fiestaconocida con el nombre ya dicho.
Después de leer estas páginas, y hacer presente á mis lectores que elindio jamás se aburre en sus fiestas, y que asiste á ellas con todoel júbilo infantil de un colegial en día de asueto, no puedo menosde recordar la pregunta que ya queda hecha. ¿Es, ó no, feliz Ambrosio?